Falso amigo n.º 8: sunrise (inglés) ≠ sonrisa (español)
Las taciturnitas eran aquellos capítulos que las reglas monásticas medievales dedicaban al silencio. En ellas se presentaba a la risa como su más peligroso y obsceno enemigo. San Benito en concreto parecía tenerle mucha manía a la risa. Los monjes, por lo tanto, se veían obligados a desarrollar una especie de técnica llamada subridere, que no era otra cosa que «reírse en bajito», o «para adentro». Si estaban en maitines, en vísperas o en completas y les atacaba la risa tonta, a reírse para adentro (=subridere), que no se note. Esto ocurría básicamente en la temprana Edad Media. En los últimos siglos, sobre todo a partir del siglo XII, se empieza a experimentar un cambio de valores en la sociedad y la risa adquiere un estatus nuevo. Y junto a la risa, se dignifica también a la sonrisa, que es esa expresión facial que refleja placer y que tiene un carácter voluntario que la risa carece. El tránsito entre el arte románico, de hierática expresión, y las risueñas imágenes góticas, ilustran este nuevo estatus de la sonrisa. Pero aquí la etimología nos engaña. Porque sonreír deriva del subridere latino, pero el significado es casi opuesto. Ya no se trata de ocultar la risa bajo una gesto inexpresivo sino de expresar voluntariamente placer o empatía. Como el acto de subridere iba teniendo menos sentido, esta nueva práctica de sonreír (que hasta este momento no se concebía) tomó prestado su nombre.
¿Y sunrise? Norah Jones tiene una hermosa canción que se titula así. ¿Significa sonrisa? Para nada. Es un nombre compuesto de sun (=sol) y rise (=subida, ascensión), es decir, amanecer, alba, aurora, madrugada y hora prima, que es cuando el sol comienza esa ascensión que le llevará hasta el punto más alto al mediodía. Realmente el Sol no se mueve, es la Tierra la que gira, como nos enseñó Copérnico. Muy bien, Copérnico, que ganas de quitarle poesía a las cosas.
Olvidemos por un momento a Copérnico y a San Benito y detengámonos en una reflexión. Cierto que como buenos falsos amigos, sonrisa y sunrise no tienen semánticamente nada en común, pero ambos comparten unas connotaciones sorprendentemente similares. Los dos parecen ser el preludio de algo. La sonrisa de la risa y el amanecer del mediodía. Y, sin embargo… La sonrisa, como el amanecer, tiene entidad por sí misma, sin necesidad de que explote en una risa. Un amanecer indefectiblemente nos conduce a un mediodía, pero no por ello es menos importante que ese mediodía que anuncia y, en general, suele ser más hermoso. El amanecer puede percibirse como la sonrisa del día. Si lo pillara San Benito…
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