Falso amigo n.º 28: bavero (italiano) ≠ babero (español)

bavero (italiano) ≠ babero (español)

Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo.

(Mt, 2:16)

La matanza de los inocentes ha dado pie a una de las tradiciones más curiosas de los días de Navidad, el día de los Inocentes, en la que nos dedicamos a gastarnos bromas unos a otros. Falsos amigos no podía dejar pasar esta ocasión y en la imagen mostrada aparece un enternecedor «inocente» babeando dulcemente sobre un bavero. Bavero con uve, bavero italiano, es decir, una solapa. La broma, por si alguno no la ha pillado, será la factura de la tintorería.

La palabra babero española es el trozo de tela que se pone a los niños sobre el pecho para evitar que se mojen de baba o se manchen al comer. Proviene de baba, voz latina de origen onomatopéyico. De la misma raíz proceden las palabras italianas bava (=baba), bavoso (=baboso), sbavare (=babear)… y bavero; esta última palabra da un curioso giro semántico y el trozo de tela pasa de estar cerca de la boca a estar pegado a la chaqueta y se convierte en elegante solapa. Sí, donde el término castellano hace referencia a la rutina cotidiana de la alimentación infantil, el término italiano hace referencia a la moda.

La alternancia entre b y v no nos tiene que asombrar. En la palabra babero castellana la b primera suena un poco más fuerte que la segunda [baˈβero], pero en castellano no hay distintas letras para marcar esa sutil diferencia. B y v suenan en castellano exactamente igual, por lo que se prefiere la ortografía etimológica. En italiano bavero (como bava, bavoso, etc) la diferencia entre primera y segunda consonante se ha intensificado [ˈbavero] y se escribe la segunda con v pues es un sonido diferente, un sonido labiodental cercano a la f, que en italiano se escribe con v.

Aclarada la duda ortográfico-lingüística volvamos a nuestra adorable criatura, a cuyos padres, abuelos, tíos y demás parentela probablemente se les caiga la baba y necesiten baberos (o solapas en su defecto). Lo cierto es que los niños italianos también tienen sus baberos y los llaman bavaglini (bavaglino en singular). Es diminutivo de bavaglio, que significa mordaza. Interesante asociación de ideas que hubiera hecho sonreír a Herodes…

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