Falso amigo n.º 31: planche (francés) ≠ plancha (español)

planche (francés) ≠ plancha (español)La arruga es bella. Yo, como artista gráfico, no tengo bemoles para refutarlo. Si nos paramos a pensar, a todos nos gustan las arrugas, sobre todo en cuadros del siglo XVII. La atención que pintores de otras épocas prestaban a pliegues y arrugas de vestimentas y telas nos emociona porque añaden realismo a sus obras. «Troppo vero!», cuentan que se quejó Inocencio IX al presenciar el retrato que le había pintado Velázquez. Quizá él esperaba que le hiciera algo de lifting con los pinceles. Lo cierto es que, a pesar de que la arruga sea teóricamente bella, uno suele preferir, para sí mismo, minimizarlas. Para las arrugas del rostro nos podemos aplicar un antiarrugas. Para la ropa hay un método más engorroso, pero quizá más efectivo: la plancha.
El mecanismo es sencillo. Consiste en colocar la prenda entre dos superficies lisas y aplicar calor. Si se humedece previamente la tela o se aplica vapor, mejor. Pero centrémonos en las superficies. Una suele ser grande y es donde descansa la prenda. La otra es más pequeña, es la que se calienta y la que se mueve cazando arrugas. En castellano llamamos a esta segunda plancha, mientras que los franceses llaman planche a la primera.
Las dos palabras proceden del latín tardío planca. En último extremo está una raíz protoindoeuropea, *plak-, y una connotación de lisura o tersura que ambas palabras conservan a los dos lados de la arrugada prenda.
En castellano, la palabra plancha ha dado lugar al verbo planchar, mientras en francés planchar se dice repasser. Muy gráfico. La plancha francesa se denomina fer à repasser, haciendo alusión al metal con que se solían hacer. Esto ocurre en otros idiomas: iron en inglés, ferro da stiro en italiano…
Por otro lado, planche, además de la tabla de la plancha, puede ser, según contextos, una tabla de cocina, un tablero de dibujo o una tabla de windsurf. Y, por cierto, faire la planche, para nada es hacer la plancha, sino hacer el muerto, quedarse flotando en el agua boca arriba sin hacer movimientos. Sinceramente, no puedo imaginarme dos actividades más dispares.

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