Falso amigo n.º 46: code (inglés) ≠ codo (español)
Code no significa codo sino código. Hay muchos tipos de códigos. Los hay de barras, de circulación, códigos genéticos, códigos de honor… Un código básicamente es una relación de correspondencias entre elementos pertenecientes a dos realidades diferentes. Me explico. En el Código de Hammurabi, por ejemplo se hacían corresponder crímenes con castigos: «Si uno alquiló un buey y le vació un ojo, pagará al dueño del buey, la mitad de su valor en plata». El Código Morse relaciona letras con puntos y rayas (señales telegráficas cortas o largas). Los códigos de barras relacionan crípticas imágenes lineales con artículos en venta y sus precios. Y en fin, los códigos secretos relacionan absurdas series alfanuméricas con diferentes usuarios. Los códigos que históricamente más éxito han tenido han sido los de tipo legal. Se recopilaban en librotes bien gordos a los que se llamaban codex (=códice) y de ahí pasó, a través del francés antiguo, al inglés code. El código español no proviene directamente del codex, sino de su versión resumida, el codiculus (=código pequeño, codicilo).
Las diferentes lenguas son también distintos códigos. Nos pasamos el día codificando y decodificando. A veces metemos la pata. De eso va falsos amigos. Conocemos un código (el castellano, por ejemplo) y al ver una palabra parecida en otro código distinto, intentamos establecer una conexión. En la animación nuestra amiga descodificó mal la palabra code y la tradujo por codo.
La palabra codo también procede del latín, en este caso de la palabra cubitum. De manera similar a lo que ocurre con la pareja hombro-húmero, cubitum ha dado lugar en castellano a dos palabras muy cercanas en la anatomía humana. Por etimología popular cubitum acabó convirtiéndose en codo y como cultismo designa al cúbito, uno de los huesos del antebrazo. Es curioso anotar que, como unidad de media, el codo se acerca más a lo que hoy en día llamamos cúbito. El codo, como punto de articulación, sería difícil transformarlo en medida de longitud. Cuando se mide algo en codos es más bien medirlo en cúbitos (lo que mide el antebrazo). Y, además, resulta relativamente sencillo. Utilizando una cuerda que se va enrollando utilizando el pulgar y el codo como ejes se puede convertir fácilmente las vueltas que da la cuerda en codos.
Queda claro, por lo tanto, que code y codo no tienen nada que ver. Bueno, que para estudiar según que codes, hay que hincar los codos.