Falso amigo n.º 51: collar (inglés) ≠ collar (español)

collar (inglés) ≠ collar (español)
La clase trabajadora inglesa se dividía tradicionalmente en blue collar y white collar. Blue y white son colores, azul y blanco, pero collars no son collares.
Dichas expresiones hacen alusión al cuello de sus camisas. Cuello azul es el obrero, cuello blanco el oficinista. Hace poco descubrí que también existe un pink collar, cuello rosa, que hace alusión a los típicos trabajos desempeñados en su mayoría por mujeres.
En cualquier caso, collar en inglés no es collar, sino cuello, referido a la camisa. El otro cuello, el de persona o animal, se dice en inglés neck y un collar es un necklace. Los collars y los collares proceden del latín collare (=collar), que a su vez deriva de collum (=cuello). En este caso advertimos que ni palabras ni significados se han desplazado mucho a lo largo de los siglos. Todos han girado alrededor del cuello del que apenas se han separado. De hecho, hay veces en que collar y collar pueden ser sinónimos, sobre todo cuando los utilizamos la imagen de cuello para designar en general a la parte estrecha de un utensilio, una máquina… Lo que rodea a ese cuello muchas veces se llama collar tanto en castellano como en inglés. No nos planteamos si está hecho de tela o de piedras preciosas.
Collares famosos ha habido unos cuantos en la historia. Pero quizá ninguno con tanta trascendencia como el relacionado con María Antonieta. En un momento de grave endeudamiento de la corona francesa llegó a conocimiento de las gentes el caso de un costosísimo collar que la reina se negaba a pagar. En realidad la joya en cuestión no lo había encargado ni ella ni su marido, Luis XVI, sino el rey anterior, para una de sus amantes. Pero el viejo rey murió y los joyeros se encontraron ante una cuantiosísima inversión realizada y sin comprador, en peligro de quiebra. Al final apareció alguien que dijo comprarla en nombre de la reina. Cuando empezaron a llegar los recibos María Antonieta no quiso hacerse cargo y estalló el escándalo. Hay quien dijo en su momento que ese fue el detonante para la Revolución Francesa. Bueno, no sé si fue para tanto. Nos gusta contar la historia a base de anécdotas, sobre todo si acaba con una guillotina, que corta cuellos de reyes y reinas alrededor de los cuales ya será imposible que luzca nunca ningún collar.

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