Falso amigo n.º 67: bark (inglés) ≠ barco (español)
El barco es uno de los inventos más fascinantes de la humanidad. A los barcos les debemos las historias de piratas, las de los vikingos, la Odisea de Ulises y las peripecias de Simbad el marino. Montarse en un barco siempre significa embarcarse en una aventura. Conocemos el puerto de salida, pero no siempre el de llegada. Los barcos han conseguido poner en contacto pueblos con culturas diversas. Y, quizá por ello, la terminología del mundo náutico es una de las más ricas y complejas que existen. Es como si los marineros se hubieran dedicado a recopilar palabras escuchadas aquí y allá y las hubieran ido añadiendo a su incomprensible jerga.
Barco en inglés se dice boat, que es palabra de origen germánico. Es pariente del bateau francés y ha llegado a las costas españolas bajo la forma de un batel. Y aunque un batel sea una clase de embarcación, no se puede decir que boat sea lo mismo que batel. Algo similar ocurre con los falsos amigos de esta entrada: barco y bark. La palabra barco procede del bajo latín barca. A través del francés ha llegado navegando hasta el inglés, dando lugar a la palabra bark, que es una manera poética de referirse a una nave, pero no se la puede considerar sinónimo de barco. Bark tiene otros significados más comunes, entre ellos ladrido. Con este significado, la palabra bark tiene un origen germánico (*berkanan) y se puede usar tanto como sustantivo como verbo (to bark=ladrar).
En la ilustración he colocado a un perro dirigiendo sus ladridos (barks) a un barco que surge en el horizonte. Los navegantes no suelen temer a los ladridos de los perros. Más peligrosos son los embriagadores cantos de sirenas. En esta escena, la sirena intenta hacer callar al perro, para así poder encantar a la tripulación con su melodía. Pero no parece tener éxito, el perro no calla y los marineros están a salvo. Y ya se sabe, perro ladrador, poco mordedor; o, como se dice en ingés, barking dogs seldom bite.