Falso amigo n.º 69: Tor (alemán) ≠ torre (español)
La Brandenburger Tor es uno de los símbolos más representativos de Berlín e incluso de Alemania. Aunque la palabra Tor parezca indicar otro tipo de edificio, no se trata de una torre sino de una puerta. Una puerta grande, imponente, pero puerta. Torre en alemán no se dice Tor, sino Turm, y es palabra emparentada con nuestra torre, la tower inglesa, la tour francesa y la mayoría de las torres europeas, descendientes todas de la turris latina, que a su vez debe su nombre a la τύρρις (turrhis) griega.
La palabra Tor alemana está emparentada con la voz inglesa door y proviene del protogermánico *dur-. Que encontremos una t alemana donde en inglés hay una d no debe sorprendernos. Eso es debido a la Segunda Mutación Consonántica, que contribuyó a definir la sonoridad del alemán antiguo, diferenciándolo del resto de lenguas germánicas. Entre otros cambios, convirtió a las oclusivas sonoras en sordas, especialmente las oclusivas alveolares. Es decir, que convirtió el sonido /d/ en /t/ y, por lo tanto, dicen gutten Tag donde los ingleses dicen good day.
Hay que advertir que una Tor no es una puerta corriente. La palabra alemana Tor se reserva para las puertas grandes, portones o porterías de fútbol. Para las puertas corrientes, por la que cabe cómodamente una persona se utiliza la voz Tür. Las dos palabras proceden de la misma raíz y se supone que en su origen una de ellas era el plural (o dual) de la otra, pues para las puertas pequeñas una hoja basta, pero en los portones por donde tenían que pasar carromatos era más práctico hacer uso de dos hojas.
Así pues, si alguna vez nos topamos con algún turista buscando la Macarena Tor o la Alcalá Tor, quizá no estén tan despistados como en un principio nos pudiera parecer.