Falso amigo n.º 74: Rahm (alemán) ≠ rama (español)
Hubo una época en que la clase política y las autoridades (civil, religiosa y militar) eran consideradas la flor y nata de la sociedad; la crème de la crème, que dirían los franceses. Hoy en día la palabra «casta», con diferente matiz, tiende a sustituir al rimbombante «flor y nata» como apelativo para las elites gobernantes. Soy consciente de que me voy otra vez por las ramas porque, de hecho, no vamos a tratar sobre flores y natas en esta entrada; nos centraremos en la rama y en la nata, pues nata en alemán se dice Rahm.
A pesar de que a muchos hispanohablantes les pueda resultar extraña la palabra Rahm, alguna de sus ramificaciones la llegan a emparentar con el castellano, como veremos. El vocablo alemán Rahm es de origen germánico y como tal tiene muchos parientes en lenguas como el holandés (room = crema), el noruego (rømme = crema agria) o el islandés (rjómi = crema). Pero en castellano tenemos una pieza de vajilla (asociada a la mousse o al souflé) que llamamos ramequín. Teniendo como origen la idea de «cuenco para la nata (=Rahm)», la palabra atravesó Francia y su cuisine y se convirtió en el recipiente adecuado para presentar ciertos postres con un aire sofisticado.
Por otro lado, la palabra rama es de origen latino y proviene de ramus. Pero si escarbamos buscando raíces más profundas nos toparemos con la raíz protoindoeruopea *wrad, germen no sólo de la palabra rama sino también del término raíz. El latín y el castellano distinguieron después los elementos que iban hacia abajo (raíces) de los que se elevaban a lo alto (las ramas). Y aquí llegamos a una posible similitud casual entre Rahm (=nata) y rama. La nata tiende a ascender y situarse en la parte alta de la leche, igual que las ramas son la parte más alta de un árbol. Igual que la rama y nata de la sociedad, que se eleva y se eleva…