Falso amigo n.º 91: gorri (euskera) ≠ gorro (español)

gorri-gorro

Esta entrada está dedicada a los gorros, que tienen una simbología rica y compleja.
En el hombre representa el poder y el espíritu bélico (recuerdo del yelmo) y ha de quitárselo cuando entra en espacio cerrado. En la mujer sin embargo implica recato y se le permite mantenerlo puesto en todo momento (práctico si no ha ido a la pelu). Lo mismo personifica a la república que a gobiernos despóticos. Vale para los gorrones, los que van «de gorra» por la vida, como para los que están hasta el gorro de ellos.

Y sin embargo, hay algo que une a la mayoría de los gorros. Su predilección por el color rojo. El gorro frigio, el birrete cardenalicio, la barretina catalana, el gorro de Santa Claus… El de los pitufos es blanco, es verdad, pero es porque Papá Pitufo se ha reservado el rojo para él.

Y, cómo no, tenemos a Caperucita Roja, Txano Gorritxo en euskera. Sé que no es la primera vez que saco a pasear a este personaje infantil por Falsos Amigos, pero es que me fascina. Su gran pecado es la procastinación, un vicio de gran actualidad. Debe ir derecha a casa de su abuela, pero se entretiene con las flores del campo… que es lo que me está ocurriendo a mí ahora mismo. Retomemos pues nuestra senda y vamos a la caza de los falsos amigos. Lo de gorritxo no es por el gorrito, es por el color. Gorro en euskera es txano y gorri significa rojo.

Y si el gorro tiene rica simbología, lo del color rojo es algo formidable. Es el color por excelencia. En castellano se entremezclan conceptos como colorado (=de color rojo) con coloreado (=de color). En euskera gorri significa rojo y a su vez significa intenso. Cuando Txano Gorritxo se percató que el lobo estaba en la cama de su abuela, no es que las viera negras, en euskera las ve rojas. Gorriak ikusi (=ver rojos) significa pasarlo realmente mal. Pero el adjetivo gorri no tiene sólo connotaciones negativas. El euskera lo utiliza para crear una serie de nombres bien bonitos que designan a animales de dulces connotaciones, como katagorri (=gato rojo) para la ardilla, txantxangorri para el petirrojo y la ya comentada amona mantangorri (=abuela de delantal rojo), la mariquita. Con estos seres de encantadores nombres que habitan en los bosques, no es de extrañar que Txano Gorritxo perdiera toda noción del tiempo y tardara en llegar a casa de su abuela.

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