Falso amigo n.º 94: jam (inglés) ≠ jamón (español)
El jamón es uno de los símbolos de España. No sé hasta qué punto influyeron siglos de convivencia con las otras gentes del Libro (musulmanes y judíos) y sus tabús culinarios, lo cierto es que comer carne de cerdo fue en su tiempo símbolo de nobleza. Y de todo el animal, las piernas traseras, son la parte más codiciada. Hasta el siglo XVI se utilizaba el término pernil, pero luego se fue introduciendo el vocablo francés jambon, aumentativo de jambe, que a su vez deriva de la gamba italiana, que significa pierna. La expresión «y un jamón«, dicha con ironía frente al que mucho ambiciona, delata la alta estima en que se tiene a este producto gastronómico.
Se lo cita recurrentemente en la lista de los manjares añorados de quien pasa largas estancias en el extranjero. Por ello, hay que tener cuidado con una palabra inglesa que en un momento dado puede generar falsas esperanzas. Me refiero a jam, que puede aparecer, por ejemplo, en el breakfast. Esta palabra, que viene del verbo to jam, lleva el sentido de apretar y apachurrar. No se refiere al jamón, sino a la mermelada. Si uno quiere referirse al jamón en inglés tiene que utilizar el término ham.
Y como para gustos están los peces de colores, unos preferirán coffee y otros tea, y unos ham y otros jam. Es sólo cuestión de tener las cosas claras para no meter ni la gamba ni el jamón.